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La cirugía reconstructiva de cabeza y cuello, ¿en qué consiste?

La cirugía reconstructiva de cabeza y cuello, ¿en qué consiste?

Los tumores de cabeza y cuello son altamente destructivos y discapacitantes. Aparte de su adecuada extirpación y tratamiento oncológico oportuno, suelen requerir la reconstrucción de las zonas afectadas. En este sentido, los cirujanos plásticos están ampliamente cualificados y formados para efectuar las cirugías reconstructivas de cabeza y cuello tras un cáncer en estos territorios, o el tratamiento de secuelas por otros motivos como graves traumatismos.

Los pacientes que se someten a este tipo de cirugía, requieren de la actuación de múltiples disciplinas además de la cirugía plástica, como la otorrinolaringología, la oncología médica y radioterápica, la psiquiatría y la odontología, entre otras.

El escenario que plantea la reconstrucción de cabeza y cuello es muy amplio, incluyendo desde reparación de pequeños defectos, hasta cirugías de alta complejidad que implican reconstrucción de grandes superficies, relleno de cavidades, separación de regiones anatómicas y la mayor recuperación posible de funciones vitales como el habla, la deglución y la ventilación en la vía aérea superior. El tratamiento quirúrgico dependerá de cada región anatómica y de la complejidad del defecto y zona a reconstruir.

Para un tratamiento adecuado, resulta fundamental identificar y realizar una extirpación adecuada de los tumores presentes a nivel de nariz, orejas, párpados, mejillas, frente o cuero cabelludo, así como de las lesiones presentes en la cavidad oral.

Proceso de reconstrucción, ¿qué se debe tener en cuenta?

El proceso de reconstrucción dependerá en todo momento de la región facial a tratar y de la profundidad de los tejidos afectados. De igual manera, hay que tener en cuenta, que la cirugía reconstructiva presentará características y limitaciones propias en cada paciente. El cirujano plástico deberá paliar estos posibles problemas valorando detenidamente las técnicas que debe llevar a cabo, ya sean colgajos o injertos, es decir, tejidos vascularizados o no.  

La prioridad en este tipo de cirugías será restablecer la integridad de estructuras que protegen órganos vitales, como los vasos cervicales y la cubierta osteomeníngea.

En segundo lugar, en aquellos casos en los que el paciente tolere procedimientos de mayor complejidad, el cirujano debe priorizar la preservación o restauración de la función siempre que sea posible, evitando fístulas salivales (salida de saliva a través de la piel), defectos palpebrales con exposición del globo ocular, capacidad fonatoria o deglutoria, etc.

Por último, aunque no menos importante en este territorio ampliamente expuesto, no debe descuidarse la restauración de la forma, considerando utilizar técnicas que permitan aportar tejidos con calidad, textura y color similares al área tratada, es decir, estableciendo la máxima simetría y armonía posible con el resto del cuerpo.

¿Cuáles son las técnicas empleadas en la actualidad para la reconstrucción de cabeza y cuello?

Respecto a las técnicas quirúrgicas empleadas en la actualidad tras la extirpación de tumores en cabeza y cuello, una de las más sofisticadas y que requiere un alto grado de especialización, es la que se realiza con colgajos libres microquirúrgicos, ya que, al igual que con la reconstrucción mamaria, permite obtener, de otra parte del cuerpo del paciente, la porción de músculo, piel o hueso idónea para la zona a reconstruir, dejando apenas secuelas en la zona donante. Diferentes partes del cuerpo, como el hueso peroné de la pierna y la piel y la fascia de la parte lateral del muslo o el antebrazo, son las más utilizadas para el procedimiento microquirúrgico.

Asimismo, con el paso de los años, se han producido grandes avances en las técnicas de imagen. Por ejemplo, en las reconstrucciones de maxilar o mandíbula, los moldes tridimensionales permiten que el cirujano plástico sepa, antes de entrar en quirófano, dónde seccionar el tejido óseo y cómo colocar placas de reconstrucción para obtener un resultado más armónico anatómicamente, en caso de ser necesarias.

Otro ejemplo podrían ser los casos de reconstrucción del hueso del cráneo, donde una de las novedades desarrollada en los últimos años ha sido la posibilidad de poder realizar previamente un TAC tridimensional e imprimir las imágenes en una impresora 3D para conseguir un molde exacto de la zona a operar, lo que permite al especialista ensayar antes de la operación y afinar el resultado.

La reconstrucción de cabeza y cuello, una cirugía de alta complejidad

La cirugía reparadora de cabeza y cuello es una de las intervenciones que supone uno de los mayores desafíos para el cirujano, por su complejidad y por las áreas normalmente tratadas, vitales para el paciente y socialmente muy expuestas, y claves para realizar actividades diarias como hablar, masticar o deglutir, y proteger y garantizar el correcto funcionamiento de estructuras esenciales.

Este tipo de intervención quirúrgica, se ha convertido en uno de los mejores ejemplos del paso del concepto tradicional de escalera reconstructiva, en la que se prioriza el uso primario de métodos más sencillos, a otras aproximaciones a los casos clínicos, en el que se optará por la técnica que aporte un mejor resultado funcional y cosmético, con el menor daño y secuela posible, empleando para ello opciones complejas y sofisticadas, como la microcirugía con colgajos libres.